En la popular comedia «Cómo conocí a vuestra madre», Ted Mosby declara que siempre hay «un raro» en el autocar. Esa persona puede ganarse este título por actuar de una manera concreta que resulte molesta para el resto de viajeros, como hablar demasiado o comer algo que huela especialmente fuerte. Aquí te dejamos cinco consejos (y medio) fáciles de seguir para no acabar siendo «el raro» del autocar.

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Qué hacer y qué no hacer en un viaje en autocar

Da igual si es un viaje de larga distancia o si es un recorrido corto; intenta ponerte siempre en la piel de las otras personas del autocar y hazte una pregunta: ¿A mí me molestaría eso?

1. No separes mucho las piernas

Normalmente esto afecta más a los caballeros que, en ocasiones, se sientan con las piernas muy separadas ocupando más de un asiento. Si el autocar va vacío, no pasa nada. Sin embargo, si el autocar va hasta los topes, la persona que tengas al lado te agradecerá que solo ocupes el espacio estrictamente necesario.

2. El silencio es oro

Da igual si tu perro está teniendo cachorros o si estás hablando del cotilleo del vecindario; pase lo que pase en tu vida, seguramente al resto de la gente del autocar no le importe tu vida. Esto también vale para hablar por teléfono: si es absolutamente necesario que hables del último episodio de «La isla de las tentaciones» con tu mejor amiga, al menos intenta hacerlo en voz baja… ¡O directamente por mensaje de Whatsapp!

3. Siéntate recto

A todos nos ha pasado: en el autocar no hay mucho espacio, pero aún así, la persona que tienes delante decide echarse una siesta y reclinar el asiento. Este comportamiento puede acabar en rodillas con moretones y problemas de gestión de la ira. ¡Así que no seas tú esa persona! Si crees que la persona que tienes detrás estará cómoda aunque reclines el asiento, sencillamente, pídele permiso antes de hacerlo.

4. Todos necesitamos un poco de paciencia

En un mundo perfecto, todo el mundo haría bien la fila. Sin embargo, en el mundo real, no es siempre el caso: cuando se trata de asegurarse el mejor asiento del autocar, los pasajeros son capaces de llegar a pelearse con más furia que el día en el que empiezan las rebajas de El Corte Inglés. De nuevo: ¡no seas tú esa persona! No utilices los codos para subir el primero al autocar y muestra un poco de cortesía y paciencia. Si hay gente mayor a tu alrededor, pregúntales si necesitan ayuda para subir. ¡Esa será tu buena acción del día!

5. A todos nos gusta un buen bocadillo de chorizo, ¡pero no en el autocar!

La comida es algo maravilloso, y a muchos nos gusta el chorizo, las palomitas, las patatas fritas, las sardinas en escabeche… Pero este amor puede convertirse rápidamente en odio en el autocar. Piensa en la gente que te rodea y que el olor de tu comida se adueñará rápidamente de todo el autocar. Te recomendamos que te llevas algo de fruta para el viaje porque no suele oler y, además, es buena para ti.

Y por último, pero no por ello menos importante, la regla más fácil de todas de la mano de Ted Mosby: Si no eres capaz de encontrar «al raro» del autocar, es porque seguramente serás tú.