Colillas de cigarrillos, ¿el combustible del futuro?
Se calcula que cada año se fuman más de 1000 millones de cigarrillos en todo el mundo. Aunque las terribles consecuencias que tiene fumar para la salud de cada uno, se generan unas 800 toneladas de colillas de cigarrillos al año. Estas colillas son un desecho que no se degrada y que puede contaminar la tierra y el agua dado que liberan nicotina y muchas más sustancias tóxicas.
Sin embargo, hay una buena noticia: aunque las colillas de los cigarrillos puedan suponer un riesgo para el medio ambiente ahora mismo, puede que tengan el potencial de convertirse en un recurso muy valioso. Un estudio británico reveló que las colillas de los cigarrillos tienen unas propiedades bastante sorprendentes. La universidad de Nottingham sugería que las colillas de los cigarrillos podrían ser la base perfecta para crear sistemas de almacenamiento de hidrógeno, un punto de partida para la creación de nuevas tecnologías de «impacto cero».
Obviamente, aún queda mucho trabajo por hacer para que podamos introducir estos recursos en el día a día, pero aún así, todas las iniciativas que tengan como objetivo alcanzar un mundo más sostenible son bienvenidas. Mientras, todos podemos ayudar a proteger el medio ambiente optando por alternativas de transporte más ecológicas para nuestros viajes.
El potencial del hidrógeno como combustible
El hidrógeno es uno de los elementos más esenciales en el campo de la energía sostenible. Se puede quemar para conseguir energía, convertirlo en combustibles fósiles o almacenarse en pilas de combustible para generar electricidad. El único deshecho que produce es agua y no emite CO2.
En comparación con los combustibles fósiles, esto supone un campo de energía superior y un impacto medioambiental muy bajo.
Entre las muchas ventajas de los vehículos alimentados con hidrógeno, cabe destacar que reducirían drásticamente los niveles de calentamiento global del planeta.