Más de 30 años transportando personas.
La historia de Autocares Bernabé se remonta ni más ni menos que al año 1987, cuando mi padre, Bernabé Granados Sánchez, se decidió a emprender por su cuenta con un autocar COMET de 46 plazas y sin aire acondicionado. Sí, eso ahora nos parecería una locura; pero por aquel entonces él fue capaz de suplir ese «pequeño inconveniente» con ventanas en la parte superior de los cristales y una gran pasión por el mundo del transporte de viajeros.
Los principios no fueron fáciles y tuvo que sacrificar muchos momentos con nosotros, su familia; pero ya dicen que todo esfuerzo tiene su recompensa. En la actualidad, somos una pequeña empresa familiar a la que Bernabé y Anabel, padre e hija, dedicamos todo nuestro tiempo para poder ofrecer un servicio especializado y directo con el cliente que busca alquilar un autocar con todas las comodidades.
Fechas que han marcado la evolución
de nuestra empresa de alquiler de autocares:
- En 1992 pasamos de 1 a 2 autocares con la adquisición de un autocar Hispano carrocera.
- Superamos la crisis posterior a las Olimpiadas de Barcelona de 1992 con mucho sacrificio.
- En 2005 Anabel empieza a conducir y pasamos a ser padre e hija mano a mano.
- En 2010 estrenamos autocar para mejorar la atención a los clientes, con un modelo nuevo de Irizar, el Irizar I6.
- En 2016 estrenamos un Beulas de 60 plazas, un autocar con más capacidad para que los escolares puedan ir todos juntos en un mismo autocar.
- En 2018 Anabel se convierte en madre y pasa solo a atender a clientes en oficina y algún que otro servicio como conductora (por aquello de quitarse el gusanillo de sentarse al volante de unos vehículos que se han convertido en algo más que un simple trabajo).
- En 2020 ampliamos a 3 autocares con uno de 65 plazas para poder ofrecer más variedad de capacidades.
Lo que pasa en uno de nuestros autocares,
se queda en nuestros autocares
Nuestros autocares y sus conductores han vivido tantas historias como pasajeros han transportado. Ya hemos perdido la cuenta de las profesoras que no sabían a dónde iban ese día de excursión.
Otro clásico son los abuelos que, «por si acaso», nos han seguido con su coche hasta la casa de colonias a la que llevábamos a la clase de su nieto a pasar unos días. O llegar con el autocar para prestar un servicio y resultar que la persona encargada de alquilar el autocar se hubiera equivocado de día o de lugar de destino; que a nadie le gusta prepararse para ir un día a un pueblo de costa y acabar congelado en el Pirineo catalán, por muy bonito que sea.
Pero, sin duda, las mejores anécdotas y recuerdos son las que nos dejan los servicios de transporte escolar; como aquella vez en la que se averió uno de nuestros autocares cargado de escolares dentro de un túnel y tuvo que remolcarlo una grúa hasta el exterior mientras los niños lo miraban todo desde el interior con ojos como platos. ¡Seguro que ellos tampoco olvidarán aquella excursión!
Y es que el trasporte de viajeros en autocar es mucho más que ir del punto A al punto B, es compartir su ilusión, sus expectativas, sus nervios… Es acompañarles en un día especial para que salga todo perfecto y para que solo tengan buenos recuerdos y sonrisas cuando piensen en aquel autocar y aquel conductor que les llevó hasta su destino.